Ser padres no es una tarea fácil, por el contrario, es un trabajo muy difícil sobre todo cuando entran en la adolescencia. Educarlo requiere de paciencia y mucha inteligencia emocional. La comunicación, confianza y refuerzo positivo son factores claves para su desarrollo emocional.
Como padres debemos siempre estar en igualdad de opiniones en cuanto a la educación y toma de decisiones sobre el adolescente. De esta manera el niño tendrá los mismos valores y propósitos a los que se les sean conducidos.
Cuando nuestros hijos pasan de la niñez a la adolescencia, se vuelven más exigentes, rebeldes, caprichosos, orgullosos y con actitudes incomprensibles.
Esa etapa de transición de niño a adulto. Tienen cambios emocionales, físicos y hormonales. Por esto, es necesario crear oportunidades de aprendizaje. Se vuelven exigentes en cuanto a sus derechos y libertades. Pierden la objetividad y son llevados por sus impulsos sin medir los riesgos en sus acciones. En este caso lo mejor que podemos hacer es equilibrar los derechos y deberes:
Salir los fines de semana, siempre y cuando hayan cumplido con sus obligaciones del colegio y del hogar.
Establecerles horas de llegada. Si no cumple con el horario quitarle los privilegios. Tienen que saber que toda acción fuera de la norma tiene consecuencias. El propósito de esto es que aprenda que la vida está llena de normas y exigencias, no solo con sus padres y miembros de la familia, sino con el resto de las personas que forman parte de su vida.
Disciplina en positivo
La disciplina positiva, funciona gracias a la empatía, asertividad, respeto, comunicación positiva y el amor. Edúcalo sin represión ni gritos. Estas acciones solo refuerzan su conducta negativa impulsándolos a ser mentirosos, rebeldes e incorregibles.
Los adolescentes siempre esperan que sus padres los entiendan, aprecien, valoren y amen por sobre todas las cosas. Asimismo, requieren de independencia. No por eso debes sentirte excluido de su vida.
Potencia el vínculo mejorando la comunicación sin juzgarlos. De esta manera es muy probable que abra sus emociones y que pueda compartirte sus vivencias.
Si quieres que tu hijo te sienta cercano sin necesidad de sobrepasar el límite de padre, es necesario que respetes a sus amigos, sus emociones, deberás tener consideración y ser auténtico a su lado, así, eso será lo que recibas a cambio por su parte.
De igual forma, como padres, habrá momentos de decir no. Es necesario que tengas en cuenta que en muchas ocasiones se deberá buscar una solución de ganar-ganar para que se sienta valorado y respetado, pero que sepa que hay unas normas que debe cumplir.
La comunicación fomenta confianza
Es necesario crear un clima de confianza mutua y así crear espacios de diálogo en el que vean a sus padres como personas confiables. Para ello, como adultos debemos abrirnos y compartir nuestras experiencias y emociones con ellos. Ellos compartirán sus problemas si nosotros también compartimos los nuestros. No debemos tener miedo a reconocer nuestros errores, eso no nos resta autoridad, al contrario, de esta manera ganamos credibilidad y su confianza.
Tenemos que escucharlos de una manera auténtica, esto es, practicar la escucha activa para averiguar qué es lo que les interesa, y la escucha empática para comprenderles, no juzgarles. Estas conversaciones no las podemos forzar. El momento no lo decidiremos nosotros, serán ellos los que digan cuándo quieren hablar. Y cuando esto ocurra no podemos dejar pasar la ocasión, lo tenemos que dejar todo para escucharlos.
La adolescencia más que sufrirla podemos aprovecharla y disfrutar de momentos juntos. Hacer actividades de su interés, ver series de televisión y comentarla o tener un día fijo para cenar todos juntos en algún sitio especial. Solo hay que buscar esos momentos para disfrutarlos en familia.