Ejercicios de meditación super sencillos para el relajamiento físico y mental
En nuestro día a día se nos va el tiempo preocupándonos y ocupando nuestra mente en las cosas que tenemos que hacer e incluso en las que no son tan importantes. Al punto que quedamos atrapados en esos pensamientos que no nos aportan soluciones sino por el contrario, nos producen agotamiento físico y mental.
Según expertos la mejor forma de llevar la vida en armonía, tranquilidad y relajación es viviendo el momento presente. Es decir, enfocamos nuestra energía interna en un objetivo inmediato, algo que realmente nos guste hacer sin dispersarnos.
Puede ser la lectura de un libro, pintar, la jardinería o cualquier actividad que realmente nos guste. Para lograr esto, debemos buscar diariamente momentos de entretenimiento que nos den esa tranquilidad y concentración.
Es importante que busquemos esos momentos de relajación para mantenernos serenos y tranquilos. El estrés es uno de los principales causantes del sufrimiento y está en la raíz de muchos problemas psicofísicos.
Aquí traemos unos ejercicios de meditación super sencillos para el relajamiento físico y mental
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Control de los pensamientos
Por un momento concentrémonos en nuestros pensamientos. Reflexionemos sobre lo que vivimos durante el día justo antes de sentarnos a meditar. Revisemos lo que nos trajo disgusto y enfoquémoslo desde otras perspectivas, así sentiremos paz interior al ver que no era nada para estar molestos. Busquemos esos momentos que nos causaron alegría y revivámoslos
Relajémonos y vayamos de un pensamiento a otro. Respiremos profundo, soltemos el aire y sigamos hasta estar completamente relajados con los pensamientos en orden. Esta técnica calma la mente. Requiere de mucha práctica. Pero cuando se practica constantemente se hace sencillo y es muy reconfortante.
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La respiración
Tomemos unos minutos para hacer respiración profunda. Podemos hacer esto 3 o 4 veces. La idea de este ejercicio es que sintamos nuestra respiración. Como el aire llena nuestros pulmones y luego sale. Concentrémonos disfrutando del hecho de estar vivo y de respirar. Este ejercicio ayuda a controlar el estrés. Cuando lo hagamos con frecuencia, será nuestro mejor aliado para bajar la tensión.
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Caminar despacio
La mayor parte del día, desde que nos levantamos hasta llegar la noche andamos en un constante ajetreo y caminando a prisa. Siempre vamos apurados para que nos rinda el tiempo. Pero, no por mucho madrugar amanece más temprano. Entonces, dejemos a un lado ese corre y corre diario, y dediquemos un rato del día a caminar despacio. Solo debemos baja el ritmo de nuestra marcha. Con que solo dediquemos cinco minutos a caminar lento relajaremos nuestra tensión.
Sintamos el movimiento y el ritmo de nuestra marcha. Veamos nuestros pasos en el suelo disfrutemos del ambiente de nuestro alrededor. Caminar despacio nos conectarte con la atmosfera, si vamos por una plaza, disfrutamos de los árboles, las aves y de todo lo que envuelve ese espacio.
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Estirarnos y espirar antes de levantarnos
Cuando despertemos, ya sea porque el despertador sonó o de forma natural, tómate unos minutos antes de levantarnos. Quedémonos boca arriba y estiremos lo más que podamos las piernas y los brazos, esto nos ayudará a activar nuestros músculos del descanso de la cama. Luego, respiremos profundamente varias veces, exhalando completamente, sin retener nada.
No distraigamos nuestra mente con lo que nos depara el día, solo hagamos este ejercicio por unos minutos. Sintamos como nuestro cuerpo se activa. Demos gracias a la vida por el nuevo día.
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Disfrutemos la comida
Cada vez que vayamos a comer o beber algo. Disfrutemos con cada bocado o sorbo. Concentremos nuestra atención en lo que estamos comiendo. Sintamos su sabor, textura, olor. Mastiquemos con tranquilidad, degustemos todo lo que nos alimenta. Siempre que estemos concentrados en lo que estamos comiendo, disfrutaremos la comida sin que nada nos saque de nuestra paz y tranquilidad.