“Sería muy poco feliz si pudiera decir hasta qué punto lo soy“. William Shakespeare (1564-1616)
Hoy 7 de julio se e le rinde homenaje a nivel internacional a uno de los manjares más sabrosos que ha dado la naturaleza, por supuesto que hablamos del Chocolate.
Y es que el chocolate no solo es rico en recetas de cocinas. Aparte de ser un postre delicioso también tiene funciones curativas, y lo mejor de todo es que nos da felicidad.
Está comprobado científicamente el chocolate ayuda al cerebro a producir serotonina, de ahí que tradicionalmente se haya considerado un antidepresivo natural.
El chocolate produce una sensación de bienestar, relajación, mayor autoestima y concentración. Si no lo sabias, la serotonina es la que mantiene en equilibrio la dopamina y la noradrenalina (neurotransmisores), que están relacionados con el miedo, la angustia, la ansiedad, la irritabilidad y los trastornos alimenticios.
Igualmente tiene influencia en la formación de melatonina, relacionada con la regulación del sueño. También se le adjudican propiedades antioxidantes porque ayuda a la prevención del envejecimiento prematuro de las células.
Comer chocolate está asociado para la mayoría de las personas con placer y felicidad. Su exquisito olor y sabor activa nuestros sentidos (gusto y olfato), produciéndonos placer al comerlo. No hay nada más delicioso y relajante que dejar que un trocito de chocolate se derrita en nuestra boca.
Por estas razones, comer chocolate nos hace felices. Podemos comerlo a diario, pero no en exceso. Pero sobre todo al comerlo debemos disfrutarlo, no sentirnos culpables porque estamos a dieta. En las tiendas podemos conseguir chocolates bajos en azúcar, especiales para personas con padecimiento de diabetes y otras enfermedades relacionadas.
Todos podemos comer chocolate y darnos esas dosis de bienestar, tranquilidad, paz, relajación. Es esa píldora de felicidad que nos ayuda a equilibrarnos para tener un día más bonito y relajado. Así que ¡Comamos chocolates!