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¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico?

Como fortalecer el sistema inmunológico

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico? ¿Cuántas veces no nos hemos hecho esa pregunta?
En muchas ocasiones descuidamos nuestros hábitos saludables por circunstancias de la vida. Bien sea por las vacaciones, cambios de clima o por el mismo ritmo de acelerado que llevamos diariamente. Al descuidar nuestra rutina alimenticia, horas de sueño, ejercicios, etc., empezamos a poner en riesgo nuestros mecanismos de defensa y por ende nuestra salud.

También se le suma a esto, el medio ambiente al que estamos expuestos por la contaminación, los químicos, bacterias, virus, etc., que mantienen en un constante combate y estrés a nuestro sistema inmunológico.

Nuestro organismo está expuestos a factores internos y externos. Los internos como enfermedades autoinmunes, cambios estacionales, longevidad, entre otros tantos que alterar nuestras defensas y que no podemos controlar. Pero de los que si podemos tener bajo nuestro control son de esos factores externos, que son potenciales enemigos para nuestro sistema inmunológico. Estos son una alimentación desequilibrada, consumo de tabaco, cafeína en exceso, estrés, sedentarismo, abuso del ejercicio.

Todos estos factores producen que nuestro sistema inmune se debilite, dándole oportunidad a las infecciones de invadir nuestro cuerpo con catarros, gripes, cistitis, etc.

¿Cuáles síntomas nos dice que debemos fortalecer nuestro sistema inmunológico?

Muchas personas manifiestan debilidad en el sistema inmune cuando sienten cansancio de más, que lo habitual. Las heridas no cicatrizan tan rápido como antes. Dolores musculares por mal dormir y no por ejercicios. Caída del cabello. Fragilidad en las uñas.

¿Qué podemos hacer para fortalecer el sistema inmunológico?

Alimentación balanceada

La buena alimentación es el principal factor para que el sistema inmunológico se refuerce. Una dieta. Siguiendo una dieta alimenticia sencilla y balanceada protegeremos a nuestro organismo y lo cargaremos de energía para afrontar la actividad del día a día.

La dieta debe contener grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales. Estos nos garantiza un equilibrio interno que a la vez sirve como escudo protector.

Las comidas ricas en grasas saludables reducen la respuesta inmunológica. Es conveniente incluir grasas monoinsaturadas, presentes en: frutos secos, pescado azul, aceite de oliva. Los lácteos fermentados como el yogur ayudan a subir las defensas.

Nutrientes

Vitamina C: Evita y reduce el contagio por gripes y resfriados. Se consigue en frutas, verduras y hortalizas como: naranjas, moras, fresas, kiwi, pimentón, tomate y repollo.

Vitamina A: protege contra las infecciones (mucosas). Esta se encuentra en el hígado, manteca vegetal, nata, huevos, lácteos y frutas como melón, melocotón, duraznos y albaricoque.

Vitamina E: Presente en aceite de trigo, de soja y cereales, aceite de oliva, vegetales verdes y frutos secos.

Las vitaminas del grupo B: Alimentos vegetales y animales contienen de este grupo de vitamina: carne, pescados, aves, marisco, huevos, cereales, legumbres, frutas, verduras.

Hierro: en frutas como moras, fresas, guayabas. Carnes magras, hígado, pescado y huevos.
Zinc y selenio: presentes en casi todos los grupos de alimentos.

Ejercicio físico

Se debe hacer cualquier ejercicio físico, bien sea al aire libre o en la comodidad de la casa. Ejercicios como caminar, andar en bicicleta, yoga en espacios abiertos, y cualquier otra actividad como la danza, natación etc. En general cualquier actividad que permita mover muchas partes del cuerpo a la vez. La intensidad del ejercicio ha de ser moderada e irla incrementando en la medida que se vaya practicando.

Si somos personas que llevamos una vida más sedentaria que activa, debemos comenzar a practicar cualquier ejercicio con moderación, para que el cuerpo de vaya adaptando a nuestra condición física y edad.

Sueño adecuado

El descanso de la noche debe ser entre 6 y 8 horas. En este periodo de tiempo algunas de las células de las defensas se producen durante el descanso. Es importante hacerse un chequeo médico anual para controlar nuestro estado de salud.

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