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Pérdida de audición. Factores que influyen

Pérdida de la audición

La pérdida de la audición puede deberse muchos factores. Muchos casos pueden deberse a complicaciones en el parto, enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos oto tóxicos y envejecimiento.

En este caso hablaremos de la perdida de la audición por exposición a sonidos fuertes. El ruido de las ciudades, la televisión, la música alta y el uso de los audífonos disminuyen seriamente la audición. En la prevención está la clave de todo.

Los habitantes de las grandes ciudades somos víctimas de agresiones acústicas casi imposibles de evitar. Los escapes, las bocinas y el tránsito intenso contribuyen a la contaminación ambiental tanto como el esmog o los desechos industriales. Pero, de toda la población, los niños y los adolescentes son los más perjudicados. Inmersos en una  “Cultura del ruido” son los que más se someten voluntariamente al exceso de decibeles de los audífonos, las discotecas y las salas de videojuegos. Todas estas agresiones pueden dejar como consecuencia daños irreversibles. Las cifras al respecto son alarmantes: los especialistas aseguran que, de persistir las mismas condiciones de “maltrato auditivo”, en las generaciones venideras, el nivel de sordera aumentará considerablemente.

Factores que influyen en la pérdida de audición

El sonido es una vibración que ejerce presión sobre la membrana del tímpano.

Cuando esta presión es demasiado intensa (porque el sonido es muy elevado) puede producir un trauma acústico que ocasiona una disminución en la audición.

La intensidad del ruido.

Los especialistas aseguran que cualquier sonido que supere los 80 decibeles, es capaz de producir un trauma acústico. Esta cifra no es absoluta, ya que depende también de la cantidad de tiempo de exposición a un volumen excesivo.

El tiempo de exposición.

Aun sonidos de baja intensidad pueden tener efectos verdaderamente perjudiciales si los soporta durante un tiempo prolongado, por ejemplo la turbina de la fresa del dentista de apenas 25 a 30 decibeles, es capaz de ocasionar una disminución en la audición al cabo de algún tiempo de exposición reiterada.

La sensibilidad particular.

Al igual que con el dolor, cada persona tiene su propio umbral de tolerancia para el ruido. Una persona puede tener un nivel de tolerancia distinto en cada oído. Esta es la razón por la cual la disminución en la audición no suele ser pareja para ambos, aunque la exposición al ruido haya sido idéntica.

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Cómo detectar el problema

Un niño que no escucha bien tiene ciertos comportamientos característicos.

-Si el televisor está prendido no contesta cuando le hablan, aunque responde perfectamente cuando no hay ruido ambiental.

-Habiendo música o estando el televisor encendido, no discrimina por ejemplo el ruido del teléfono.

-Pone el televisor o el equipo de sonido a un volumen muy alto.

-Habla demasiado fuerte. Ante la sospecha de una disminución auditiva, el médico indicará exámenes que le confirmen o le disipen la duda. Estos exámenes son básicamente tres: Audiometría: mide la capacidad para discriminar distintos sonidos. Logo audiometría: mide la capacidad para discriminar palabras. Por ejemplo distinguir la palabra “como” de otra similar como “coro”. Audiometría con potenciales evocados: es el más indicado para los más pequeños porque no depende de la respuesta del interlocutor. A través de la colocación de electrodos se determina si el estímulo auditivo llega en forma correcta y claramente el cerebro.

Prevención para la pérdida de audición

En este aspecto, los padres juegan papel preponderante. Lo apropiado es comenzar la concienciación de este problema desde los primeros años de vida. El proceso debe contemplar los siguientes aspectos:

  • Hablar acerca de los problemas que puede producir la música demasiado fuerte, del mismo modo que les hablamos sobre la importancia de cepillarse los dientes tres veces al día. El niño debe tomar conciencia de que el ruido es un factor de contaminación ambiental muy Importante.
  • Controlar el volumen del equipo de sonido. Si su hijo va una vez por semana a una sala de juegos o de videos no tendrá mayores problemas, pero si acude todos los días durante mucho tiempo puede resultar peligroso.
  • Hacer controles médicos periódicos. Antes de que el niño comience la primaria es aconsejable realizar una audiometría para descartar problemas auditivos que incidan negativamente en el aprendizaje cotidiano.

Sonidos de última generación

Tanto los equipos de sonido como los audífonos más modernos tienen un tipo de ecualizador llamado súper Bass que privilegia los tonos claves y agudos en detrimento de los sonidos medios. A los jóvenes les gusta porque la batería y bajo adquiere mayor relieve, pero el oído se perjudica porque se ve obligado a soportar continuamente sonidos extremos del espectro sonoro.

deysalinas@gmail.com

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