Conflictos con los jefes. Consejos para evitarlos
Los conflictos con los jefes son fuente de estrés y presión en el día a día laboral de la mujer. La mayoría de las veces los problemas son generados por: remuneración, productividad, conciliación laboral, la familiar y las condiciones generales de trabajo de la mujer.
Asimismo, otra fuente de conflictos con nuestros jefes es cuando deseamos participar en los procesos de toma de decisiones. Muchas veces, la trabajadora acaba asumiendo el papel de víctima subordinada a los deseos y caprichos de los jefes líderes.
El jefe conciliador en la empresa debe ser una persona presente, disponible, dispuesto ha escuchar y a formar (e informar) permanentemente a sus subordinados. Si no hay esta comunicación entre jefes y subordinados, no habrá confianza para poderle plantear los asuntos más difíciles que siempre surgen en el día a día laboral.
Un jefe con futuro debe generar un ambiente tolerante al error, un ambiente confiable que evite que las trabajadoras se sientan intimidadas a la hora de actuar.
Consejos prácticos para evitar conflictos con los jefes
- No eres la dueña de la verdad. Aprender a valorar la opinión de las personas con más experiencia.
- No maximizar problemas pequeños. Si el problema tiene solución para que preocuparse. Si el problema no tiene solución, ya está resuelto porque ya no se puede hacer nada. Los problemas son tan grandes o pequeños como tú desees que sean. En caso tener algún contratiempo, trate de encontrar soluciones antes de llevar los problemas a tu jefe. Seguro que el jefe quiere a subordinados que les aporten soluciones, no una colección de problemas. Contribuya con nuevas ideas.
- No seas el juez de tu lugar de trabajo. No esté juzgando permanentemente a los demás colegas. Harán lo mismo contigo.
- Antes de hablar, piensa. No abra la bota y después reflexione sobre la estupidez que acabas de decir. Hablar con calma le dará la sensatez necesaria para desarmar a su jefe, la decencia no pelea con nadie.
- Todos tenemos días malos, sea el jefe como las subordinadas. Entienda que si nosotras tenemos días duros, el jefe también lo tendrá. Hay días que los mejor es estar callada y alejada.
- Un buen truco es regalar una pequeña victoria al jefe. A veces es bueno hacerle creer que ha ganado. Los jefes se quedan contentos, sin embargo, la victoria final será tuya.
- No se sienta siempre la ofendida por pequeñas bromas y tonterías. Tu jefe, es tu JEFE, no es tu padre. Y le pagan y exigen para que mande y ejecute bien su trabajo.
- No hable mal de sus jefes con nadie. Nunca. Y se le ocurre hacerlo, que sea con alguien de fuera y, muy lejos de su empresa. Hay muchos colegas de trabajo muy poco confiables.
- Las buenas relaciones entre jefe y subordinado acaban bien si empiezan bien. No tomes intimidad con tu jefe, háblale de manera educada y digna. Así le enseñara y marcarás la pauta de cómo quiere ser tratada desde un principio de la relación laboral.
- Si quieres un buen futuro laboral y en paz, repita conmigo: nunca iré a la cama con mi jefe, nunca iré a la cama con mi jefe, nunca iré a la cama con mi jefe.