Armonizar la vida laboral y la familiar a veces suele ser muy complicado. Pero poco a poco la armonía se convierte en una realidad, sobre todo, para nosotras las mujeres.
Conseguir el éxito profesional siendo mujer es una carrera con muchos obstáculos. Muchas veces nuestros sueños laborales se van frustrando por tomar la decisión de ser madres. La responsabilidad que implica la maternidad, hace que tengamos que sufrir un alto en nuestra vida profesional que a veces nos puede salir costoso.
Afortunadamente todo evoluciona y muchas mujeres, madres y profesionales aseguran que han armonizado exitosamente su vida profesional y personal gracias fundamentalmente a la llegada de las nuevas tecnologías. La incorporación progresiva del teletrabajo y los programas de conciliación son las algunas de las herramientas que lo han hecho posible.
Más allá de ser madres, son muchas las mujeres que luchan a diario por una vida laboral y familiar coordinada y armonizada. Las restricciones de horarios, organizar todo en casa sin dejar de lado los posibles imprevistos que puedan surgir, se convierten en nuestra la rutina diaria.
En este post queremos destacar unos consejos viables que si los ponemos en práctica al pie de la letra, serán de gran ayuda a la hora de armonizar nuestra vida diaria.
Organización
El tiempo puede ser aliado o enemigo. En nuestro rol de mamá y ejecutiva intentemos controlarlo y planificar nuestra semana. ¿Cómo? Ganamos tiempo si preparamos por la noche ropa y mochilas de los niños. La compra, Internet es nuestra mejor aliado, solo con media hora que le dediquemos en nuestra hora de descanso o antes de salir de trabajar. Podemos organizar las compras para los fines de semana e incluso agendar citas médicas, reuniones de trabajo entre otras.
Adelantar trabajo
El rendimiento laboral no disminuye porque seamos madres. La concentración y una buena dosis de dinamismo son nuestras fortalezas. Demostrémosle a nuestros jefes que somos eficaces. Lleguemos más temprano al trabajo y así adelantaremos tareas, nadie te podrá recriminar que salgas a tu hora exacta o incluso antes, ¡así podrás aprovechar mejor tu tiempo libre!
Todo a su tiempo
Para estar al 100% siempre tenemos que dividir bien las cosas. En casa, nos olvidamos del trabajo y viceversa. Es el único modo de ser eficaz y de aprovechar momentos de calma.
Si los niños acostumbran llamarnos al trabajo por cualquier tontería, evítalas. Las llamadas deben reservarse para las urgencias. Lo mismo para tu jefe, que no te persiga con el teléfono o por mail hasta cuando estás en casa. Deja tu contestador encendido y por supuesto, al día siguiente no habrá ningún problema en atender todas sus peticiones.
Tranquilidad
Tu existencia no debe concentrarse únicamente en tu familia y tu trabajo. Te necesitan, es un hecho, pero tienes que saber reservar tiempo para ti. Opta, por ejemplo, por practicar una actividad física: correr o ir al gimnasio para liberarte, yoga para relajarte o incluso irte de compras con amigas para distraerte. Lo importante es que estés un poco sola contigo misma y recargues pilas.
Pareja
Trabajar es una decisión nuestra, consensuada con nuestra pareja. Por consiguiente ambos debemos implicarnos en la organización de nuestra vida cotidiana. Los hijos también deben ser parte de esta conciliación. Fregar los platos, preparar la comida, pasar el aspirador, ir a comprar. El reparto de las tareas es indispensable para el éxito. Si contamos con buenos recursos financieros suficientes, podemos ayudarnos empleando a una persona de apoyo para la casa, alguien que se ocupe de los niños.
La culpa a un lado
No podemos llevar todo sin recaer en algún momento. Aprendamos a ceder y a no culpabilizarnos de más. Si en casa no has cumplido los objetivos, no te sientas mal por eso ni con remordimiento. Por no cumplir alguna vez, no te dejaran de querer.
Mujer ante todo
Ser madre, esposa y mujer activa laboralmente no debe convertirnos en una esclava. La palabra clave para una felicidad total es: la feminidad. Demasiadas mujeres tienden a dar todo a sus personas más cercanas poniendo en peligro su bienestar.
Así que, de vez en cuando, démonos algún capricho y sobre todo, ¡cuidémonos siempre! Pensemos en nosotras y no dejemos de lado aquellas actividades o placeres de la vida que nos hacen sentir bien. Todo esto nos ayudará a recordar quienes somos y de lo orgullosa que nos sentimos.