A lo largo de muchos años, se arrastran mitos y realidades sobre el desempeño de las mujeres en el trabajo y en los negocios. Parte de estas creencias se reflejan como barreras de género, afectando a miles de mujeres en el mundo.
Las mujeres al igual que los hombres, saben cómo liderar. Son organizadas y muy capaces de sacar adelante un negocio. La vida personal no impide que su desarrollo profesional o empresarial se vea obstaculizado, sino por el contrario, hacen de ellas trabajadoras más valiosas.
A continuación veremos una rápida revisión de estos:
Mito: Las mujeres no aspiran a puestos de alta dirección.
Realidad: Las mujeres ambicionan llegar a estas posiciones a medida que progresan en sus carreras y su experiencia aumenta.
¿Qué hacer al respecto? No dejes de tomar en cuenta a las mujeres tan pronto. Su ambición crece con su experiencia.
Mito: A las mujeres les falta la resistencia necesaria para llegar a los altos mandos, lo cual reduce la longevidad de sus carreras.
Realidad: En los altos mandos, las mujeres permanecen tan comprometidas con sus carreras profesionales como los hombres.
¿Qué hacer al respecto? Asegúrate de apoyar al talento femenino en los altos mandos para continuar progresando.
Mito: La crianza de los hijos evita que las mujeres lleguen a la cima de la organización.
Realidad: Las mujeres notan una desaceleración en sus carreras al comenzar una familia. Sin embargo, el impacto en conjunto de la maternidad en la carrera profesional del género femenino es menor de lo que comúnmente se cree. Las brechas de género más significativas en la promoción laboral ocurren mucho antes.
¿Qué hacer al respecto? Suministre herramientas que permitan tanto a hombres como a mujeres desarrollar sus carreras en las etapas tempranas de las mismas. Lleva un registro de su progreso profesional individual.
Mito: Las mujeres no llegan a la cima porque les falta confianza.
Realidad: Ellas son muy honestas sobre sus habilidades, y cuidadosas de no exagerarlas, cuando se promueven para hacerse cargo de retos desconocidos.
¿Qué hacer al respecto? No confundas la balanceada presentación que hacen las mujeres de sí mismas con falta de confianza.
Mito: A las mujeres les faltan las cualidades de liderazgo necesarias en los altos mandos.
Realidad: El comportamiento de liderazgo de hombres y mujeres es semejante, con diferencias sutiles y complementarias.
¿Qué hacer al respecto? Verifica si se le está dando un gran peso a estas diferencias marginales entre géneros.
Mito: Las mujeres carecen de redes de contacto que las apoyen para llegar a altos niveles.
Realidad: Ellas comprenden el vínculo entre redes profesionales y el éxito en la carrera laboral. En el trabajo, buscan canales formales para construir su perfil y así lograr un ascenso.
¿Qué hacer al respecto? Exhorta a los directivos masculinos de la organización a compartir sus contactos profesionales con sus colegas del sexo opuesto.
Mito: Las mujeres en la alta dirección no ayudan a otras a ser exitosas.
Realidad: Cuando ellas tienen estos cargos trabajan duro para atraer más talento femenino con una variedad de enfoques.
¿Qué hacer al respecto? Haz que los altos ejecutivos de ambos sexos apoyen el desarrollo profesional de las mujeres en la organización.
Mito: Los programas de desarrollo para los líderes de alto potencial que realizan las empresas están acelerando el crecimiento del género femenino
Realidad: Que las compañías lleven a cabo este tipo de programas es un indicativo de una cultura que apoya el desarrollo de su talento sin distinción de sexo y no son instrumentales en la creación de mayor diversidad de género en los altos mandos.
¿Qué hacer al respecto? De ser posible invierte en actividades de desarrollo individual. Mide el retorno de esta inversión.
Mito: Los contratos formales de flexibilidad laboral facilitan a las mujeres llegar a la alta dirección.
Realidad: Ellas consideran que los acuerdos informales e individuales les otorguen autonomía, son lo que más les ayuda a prosperar.
¿Qué hacer al respecto? Invierte en mejorar la calidad de las habilidades de los directivos en la empresa.